El Daesh a pesar de su derrota en el 2019, no ha dejado de ser una amenaza terrorista a la que tienen enfrentarse los gobiernos de la UE. Algunos medios hablan del resurgir de la organización, lo cual es erróneo, porque no puede resurgir lo que nunca desapareció. El Daesh en mayor o menor medida ha sido una trágica realidad desde su expansión en Irak y Siria en el 2014 hasta nuestros días en el año 2022. El seguimiento de la actividad terrorista e insurgente de la organización terrorista es útil para evaluar la capacidad operativa de la organización, siendo la referencia territorial Siria e Irak, por ser los lugares donde empezó su expansión territorial y donde se han refugiado sus principales dirigentes, desde donde dan las órdenes para llevar a cabo emboscadas y atentados y, además, sirven como espejo para sus principales franquicias territoriales en el Sahel y Magreb, territorios todos desde donde sus militantes han jurado lealtad al nuevo líder de la organización yihadista Abu al Hasan al Qurashi, tras la muerte del anterior a mediados de octubre en la provincia siria de Deraa, en un enfrentamiento con miembros de la 8ª Brigada de ex opositores al régimen sirio apoyados por facciones locales.

Para la obtención de información se han utilizado fuentes abiertas, concretamente el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSHR) en lo referente a la cronología de emboscadas y atentados, más las distintas agencias y diarios de noticias digitales españoles, sirios, iraquíes y otros con sucursales en Oriente Medio, que han ofrecido la información más destacada del Daesh durante el año 2022.  Obtenida la mayoría de la información cronológica se continúa con el análisis de la situación de la organización terrorista en Siria e Irak finalizando con las conclusiones finales relativas a su capacidad operativa. Como novedad, se adjunta una evaluación de siete parámetros que sirven de herramienta para ayudar a evaluar el nivel de insurgencia actual tanto en Siria como en Irak.