La importancia geoestratégica del Sahel se ha multiplicado, la expansión de la insurgencia yihadista en la zona ─que a su vez ha estallado en numerosos atentados contra la población civil─ ha terminado convirtiendo la crisis saheliana en un hecho insostenible. Unido a la ya inestable situación económica, política y social que sufren estos países, además de las consecuencias medioambientales y los flujos migratorios hacia el Magreb y Europa, el Sahel supone un desafío de carácter prioritario sobre el que la Comunidad Internacional aunará sus esfuerzos de cara a 2021.