El término “síndrome de Estocolmo” fue acuñado por Nils Bejerot para denominar una reacción psicológica paradójica producida en rehenes de un secuestro de un banco de Estocolmo. A lo largo del tiempo, la aplicación de este término se ha ampliado a diversas situaciones, pero se considera que tienen que darse ciertos factores para que se desarrolle. Existen posiciones muy diversas respecto al síndrome, desde los que lo consideran inexistente, hasta aquellos que lo ven como una aportación valiosa, o aquellos que lo incluyen dentro del TEPT.