El director financiero recibe una petición de su consejero delegado por correo electrónico. El CEO pide que se transfiera una suma millonaria a un número de cuenta en otro país. Y su equipo de finanzas lo ejecuta. Esta operativa, que puede funcionar con normalidad en una empresa, puede suponer la pérdida de miles de euros víctimas de una estafa conocida como fraude al CEO o ataque Business Email Compromise (BEC).