El deporte como ámbito de estudio criminológico: Un desconocido muy conocido

RESUMEN

El deporte es un fenómeno social con muy amplio impacto en el individuo y en la sociedad. Las instituciones intentan aprovecharlo como herramienta de cohesión social y de desarrollo humano y social. Pero también tiene una cara negativa: los actos violentos, desviados y delictivos que sus instituciones y sus actores llevan a cabo… o sufren. Es por esta doble vertiente que el deporte es un fértil campo de estudio para el criminólogo, que puede analizar su impacto como factor de protección y de desarrollo humano y social; toda vez que puede comprender qué elementos hacen del deporte un factor de riesgo… o incluso un ámbito criminógeno.

PALABRAS CLAVE: Criminología, Deporte, Factor protector, Factor de Riesgo.

En no pocas ocasiones se afirma que la Criminología, como ciencia, es multidisciplinar, y, como herramienta, útil para intervenir en multitud de fenómenos y situaciones sociales. Mas algunos ámbitos sociales parecen olvidados o denostados para toda ciencia social que no les busque las virtudes. Este es el caso del deporte y su entorno. Por esta razón, dedicaremos las siguientes líneas a exponer la relación de la Criminología con el ámbito deportivo.

Dividiremos la exposición en tres apartados. En primer lugar, se expondrá la faceta positiva del deporte, explicando que éste puede ser un factor protector o una potente herramienta de inclusión o inserción social, algo reconocido por los individuos y por las instituciones. Pasaremos, en segundo lugar, a presentar la faceta opuesta, la negativa, donde observaremos que el deporte puede ser también un factor de riesgo, o incluso, un ámbito criminógeno. Finalmente, se propondrán unas conclusiones que englobarán el impacto científico del abordaje del mundo del deporte con un prisma criminológico y cuáles son las posibles salidas laborales de un criminólogo que se especialice en el deporte.

El Deporte en Positivo: valores, lazos sociales y normativización

Sociólogos, juristas, políticos, instituciones y organizaciones de carácter social consideran que el deporte es una potente herramienta en la prevención de la desviación social y de la criminalidad, así como un elemento que puede favorecer la inclusión social o la reinserción. Existe abundancia de estudios académicos(1) que atestiguan que la práctica de actividad deportiva favorece la creación de lazos sociales, fomenta valores prosociales y ayuda en la asunción de responsabilidades y la adaptación a la norma social o legal.
Tanto es así que desde instituciones supranacionales(2) se promueven iniciativas que pretenden promover el desarrollo social en países desfavorecidos a través del deporte, por ejemplo. Estas mismas instituciones – Organización de las Naciones Unidas o Unión Europea – además, crean normas y estrategias de acción en relación con el deporte, para aprovechar este potencial socializador que posee.
Se considera al deporte como un ámbito en el que socializar, desarrollar buenas prácticas de salud y convivencia, como un ámbito en el que expresarse física y emocionalmente en un entorno seguro, como un lugar de encuentro en el que desarrollarse como persona a todos los niveles.
Pero algunos estudios de meta-análisis analizando el impacto de estas medidas aplicadas a diversas intervenciones muestran que no todas son efectivas y que, en muchas ocasiones no se analiza el verdadero impacto de las mismas sobre las poblaciones en que se aplican – con lo que se desconoce la influencia real del deporte y su práctica en las problemáticas sociales que se pretendían atajar con estas intervenciones(3).

Otro aspecto importante a mencionar a este respecto es que desde las Naciones Unidas y desde el Consejo de Europa se está intentando promover un Derecho Humano al Deporte, con la finalidad de hacer de sus potencialidades positivas una herramienta global de promoción de valores, buenos hábitos, buenas prácticas, inclusión, igualdad y desarrollo humano y social.

El Deporte en Negativo: violencia, desviación social y delincuencia

Pero no es menos cierto que todo ámbito social, así como todo fenómeno social, por muchos aspectos positivos que puedan tener, suelen mostrar también facetas menos halagüeñas. Y el deporte no iba a ser una excepción. En su seno se producen actos violentos, desviación social, o delincuencia de diferentes tipos. Mencionaremos, sin entrar a analizar, algunos ejemplos de estos. Veamos:

  • Violencia. Caben varios tipos de violencia, dependiendo del prisma desde el que se analice. Existen la violencia endógena (interna en la práctica deportiva) y la exógena (que usa la práctica deportiva o los eventos deportivos como excusa para cometer actos violentos). También la individual y la grupal. O aquella de carácter físico (golpes, empujones, presiones…), frente a la verbal (insultos, menosprecios, desprecios, amenazas…) o la de carácter psicológico (insultos o vejaciones, manipulaciones o entornos de control extremo).
  • Desviación social: desde los insultos en las gradas hasta los desprecios y alusiones despectivas a participantes en el deporte, o discriminaciones varias no constitutivas de delito; además, la ruptura de normas del juego, que no constituye infracción punible penalmente ni socialmente, también sería un tipo de desviación propia del deporte.
  • Delincuencia organizada: amaños de partidos o competiciones, barras bravas revendiendo entradas y gestionando la seguridad de estadios, presuntas tramas de corrupción de carácter internacional o transnacional… Todos ellos tipos de delitos que se producen con la participación de grupos organizados y que son abordados por algunos cuerpos policiales internacionales como Interpol, que realizan informes al respecto(4).
  • Delincuencia de cuello blanco: casos como las defraudaciones al fisco, la evasión fiscal de deportistas y clubes, o los problemas con la procedencia de los fondos para muchos clubes, son solo algunos ejemplos de esta clase de delitos. En los últimos años se han condenado a varios deportistas y entrenadores por cometer este tipo de delitos(5).
  • Delincuencia de carácter sexual. En los últimos años se han destapado varios casos de abusos y acosos sexuales sistémicos en el seno de algunas instituciones u organizaciones deportivas, por parte de diversos actores.

Como podemos apreciar, las instituciones supranacionales, así como los Estados, reconocen la existencia de estas realidades en el seno del ámbito deportivo. Por ello, dedican ingentes esfuerzos a elaborar planes de actuación, desarrollar estrategias de intervención y a redactar y aplicar leyes y Convenios que tratan de proteger la integridad de la actividad deportiva y de sus participantes.

A modo de Conclusión

Hasta aquí hemos visto que el deporte tiene sus aspectos positivos, pudiendo ser un factor protector o una herramienta de inclusión, y también tiene su vertiente negativa, siendo un entorno en el que se producen delitos y actos desviados. Este último apartado nos permitirá aplicar la ciencia criminológica a la comprensión de ambas facetas del fenómeno deportivo.

De un lado, por lo que respecta al uso de la práctica deportiva como herramienta de inclusión o desarrollo social, las instituciones a todos los niveles apuestan por esto, con lo que se seguirán dando esta clase de iniciativas. Un criminólogo podría – y debería – analizar los componentes de estas intervenciones, los valores y ámbitos del comportamiento y relacionales trabajados, la estructura y metodología de aplicación, el tiempo de duración, otros elementos confluyentes y variables de confusión, los efectos esperados y los observados, y poderlas analizar en cuanto a su valor y a su impacto. Del mismo modo, conociendo las necesidades de un sector de la población, y las características que debería tener un programa de intervención basado en el deporte para cubrirlas, también debería ser capaz de diseñar y evaluar medidas de este tipo. Por otro lado, debería ser capaz de comprender qué elementos del deporte potencian su capacidad de ejercer de factor de protección y como aprovecharlas, evitando que sus características menos positivas influyan.

Por lo que respecta a la faceta menos halagüeña del deporte, esa que implica desviación social o criminalidad, el criminólogo tiene varios roles. El primero, el análisis de la problemática y de sus factores, de sus efectos, y la propuesta de posibles soluciones. El segundo, la elaboración y aplicación de planes de prevención e intervención, o incluso, el diseño de estrategias de seguridad o de cumplimiento normativo. El tercero, la definición, investigación y conocimiento de los elementos particulares que hacen del fenómeno deportivo un entorno propicio para la delincuencia o la desviación social, por ejemplo, analizando la relación entre las estructuras y cultura deportivas con la criminalidad en el seno de instituciones u organizaciones del deporte. Otro papel a desarrollar es el de la divulgación, esto es, informar a otros profesionales y al público en general que la Criminología es una herramienta que puede estudiar el fenómeno deportivo, y colaborar en hacerlo un ámbito social con menores riesgos de que aparezcan conductas desviadas o delictivas.

Y estas funciones se pueden realizar desde la academia, participando de la Administración, o. incluso ejerciendo funciones de consejero en materia de Seguridad para instituciones u organizaciones del deporte. Algunas requerirán de formación especial y específica, lo que no debe ser un inconveniente para el criminólogo interesado en aplicar sus conocimientos al estudio del deporte.

La criminología del deporte, en resumidas cuentas, es la aplicación de los conocimientos y las herramientas de esta ciencia jurídico-social al fenómeno deportivo en todo su alcance. Su función es el conocer al deporte y al entorno deportivo de forma que estos devengan un campo de estudio para esta ciencia, aportando resultados efectivos a nivel de integridad, seguridad, análisis y prevención, inclusión y reinserción social cuando se trata de intervenciones o sucesos con el deporte como eje central.

En los últimos tiempos han aparecido varios manuales, en lengua inglesa, que abordan la relación entre Criminología y Deporte, dando un amplio abanico de muestras de como diversas teorías criminológicas nos ayudan a entender la aparición de ciertas conductas delictivas en el seno de instituciones deportivas o por parte de deportistas. Estas obras son: Sports Criminology: A Critical Criminology of Sports and Games (Groombridge, 2016), Sport and Crime: Towards a Critical Criminology of Sport (Millward, Ludvigsen, Sly, 2022), y, Power Played: A Crtitical Criminology of Sports (Silva, Kennedy, 2022).

Para finalizar, dejar constancia de que se trata de unas líneas introductorias, que no pretenden más que presentar una disciplina criminológica en ciernes. Ni este es todo el alcance de la criminología, ni la criminología del deporte se limita a estudiar los elementos mencionados. Se trata de proporcionar un punto de partida para el debate de la pertinencia de la existencia y el uso de la criminología del deporte.

Por Helena García Amo, Criminóloga especializada en Criminología y Deporte

BIBLIOGRAFÍA

  1. https://ebrary.net/43020/sociology/crime_deviance_spor
  2. https://www.unodc.org/dohadeclaration/es/topics/crime-prevention-through-sports.html
  3. https://www.unicef.org/elsalvador/historias/previniendo-la-violencia-trav%C3%A9s-del-deporte o https://hrmars.com/papers_submitted/9142/the-influence-of-sport-and-recreation-upon-crime-reduction-a-literature-review.pdf o https://ebrary.net/43019/sociology/introduction_sports_celebrities_doping_narratives_deviance
  4. Como, por ejemplo, https://www.interpol.int/es/Delitos/Corrupcion/Corrupcion-en-el-deporte
  5. Ídem nota 4