ODONTOLOGÍA FORENSE
Autor: Gonzalo Pérez Bayón
Resumen
Su importancia radica en los supuestos en que los cadáveres quedan carbonizados, han desaparecido elementos identificativos o por las propias limitaciones de otros métodos. Ésto, unido a la aceptación de que no hay dos dentaduras iguales lo hacen un método propicio, siempre que haya registros dentales del sujeto en vida para poder compararlos.
Palabras clave
Diente, PM (pre mortem), AM (ante mortem)
Identificación Odontológica
Está admitido en la actualidad que no existen dos dentaduras iguales y que aun los dientes de gemelos idénticos presentan variaciones. Por ello, y siendo conocida la resistencia a la destrucción de las piezas dentarias, se comprende el alto valor identificativo de las mismas en supuestos de catástrofes.
No obstante, la falta de reglamentación en cuanto a los datos que deben obtener y conservar los dentistas, hace que en ocasiones las informaciones dentales PM (post mortem) no puedan ser comparadas con datos AM (ante mortem) por falta de registros.
En lo referente a la ficha, el adoptado por la FDI[i] (Federación Dental Internacional) que es el recomendado por INTERPOL, es el conocido como «binumérico» o «sistema dígito dos», en el que el primer número designa la hemiarcada correspondiente y el segundo la pieza dentaria, del 1 al 8, de mesial a distal.
Los tejidos mineralizados y en especial los dientes, tienen una transcendencia fundamental en la identificación humana por ser estructuras de extraordinaria resistencia a la putrefacción y a los agentes externos que si ocasionan destrucción de las partes blandas.
En la boca[ii] hay 32 piezas dentales y 52 raíces. Un molar para calcinarse necesita 1700ºC y un diente 1200º C, lo cual hacen un método perfecto para necroidentificación en catástrofes a altas temperaturas. También los metales como oro, plata, cobalto o cromo de las prótesis aguantan bien las altas temperaturas.
Algunas características individualizadoras[iii] son los dientes presentes, incluidos los supernumerarios, o ausentes, ya sea por causas congénitas o pre/post mortem, tipo de dentición, malposiciones o separaciones, morfología, patologías… Hay también tejidos bucales no dentarios en la identificación, como ejemplo de hueso la mandíbula y en el caso de tejidos blandos el soporte dentario o periodonto.
A) Características odontológicas[iv]
A 175ºC se logra alguna grieta en el esmalte de un diente. Las piezas dentarias más pequeñas soportan unos 1000ºC y los molares 1700ºC. La resistencia de las piezas dentales restauradas varía en función del material. La cremación realiza cambios de color en la dentina según la temperatura; 200 es marrón, 300 negro, 800 azul y 1000 rosa.
En los dientes sanos se cae la carne espontáneamente y en los que tienen caries la corona se rompe y se pulveriza. Además de la resistencia de los dientes, el estar encerrados en la boca con saliva y humedad hace que se conserven mejor.
No hay dos dentaduras iguales, ya que hay 148 caras externas entre los dientes masticatorios y cortantes. Hay variaciones intraespecie, el tamaño por la raza, el lacado por la pigmentación, edad, color y tamaño por sexo, alimentación… El inconveniente puede ser no tener datos AM del odontólogo.
En odontología legal, se describen las piezas dentarias, estructura, color, caries, diastemas, inclinación, prótesis, anchura y longitud, ausente por extracción o congénito, giroversiones…
Este estudio[v] sirve para estimar también:
- La especie (ver si es humano).
- La raza (el cráneo aporta datos más fidedignos).
- El sexo (importante es el aporte de huesos como la pelvis, fémur o humero, y aunque el estudio de los dientes no permite la diferenciación sexual, se admite que el diámetro de los incisivos centrales es mayor en el hombre que en la mujer).
- La edad: se dividiría entre los que han completado el desarrollo y la erupción de su dentición a partir los 20-25 años y los menores de esa edad.
- Para los menores de 25 esto se hace entre otras cosas estudiando la mineralización del diente. Esta identificación es bastante precisa pero su utilidad es limitada al adelantarse o atrasarse a veces la erupción dental.
- Para los mayores de dicha edad, los cambios son de tipo morfológico (desgaste, color, formación de dentina secundaria, aposición del cemento en la raíz del diente) y bioquímico (aumento del flúor, plomo, nitrógeno…).
B) Identificación comparativa bucodental en grandes catástrofes [vi]:
La identificación que no tiene discrepancias inexplicables y coincide en al menos 12 características puede considerarse como identidad dental positiva. Si es entre 6 y 11 sería identidad dental probable y necesita apoyarse en otros hallazgos biológicos, físicos…
Es identidad dental posible cuando existen características similares pero ninguna tiene la suficiente consistencia para establecer la identidad positiva del cadáver y las discrepancias tienen explicaciones posibles. Se establece la identidad dental excluida con la existencia de una sola discrepancia que no pueda tener explicación posible.
Los métodos dentales ponen de manifiesto en grandes catástrofes un porcentaje de identificación de entre el 45% y el 80% (Valenzuela y cols., 2000). También podemos hablar de lo citado por José Sarmiento Buelga en la «Revisión bibliográfica de artículos publicados entre 1991 y 1995»:
- Accidente de un avión «Dash 7» en Torghatten, al norte de Noruega. Perecieron 36 personas y en 32 casos (89%) la identidad dental quedó establecida.
- Incendio del «Scandinavian Star», uno de los peores desastres de ferrys del mundo y en el que perecieron 158 personas. La identidad dental pudo establecerse en 107 casos (68%).
- Desastre aéreo de Lockerbie, con 270 víctimas. Del total de víctimas, 253 fueron positivamente identificadas y de ellas 209 lo fueron con ayuda de la odontología
C) Casos de identificación por odontología forense
Los dientes[1] son de interés desde tiempos remotos, como así usaban como sello los reyes Takshacila (soberano de uno de los estados de la India) o Athelstan (rey de Northumberland) que mordían como símbolo de firma, certificadores de la singularidad de cada mordedura.
Para casos de necroidentificación también fueron útiles, como el caso de Agripina (cara deformada y cortada), Carlos «el Temerario», al cual le faltaban dos dientes o la condesa quemada viva de Salisbury, identificada por su diente de oro.
Conocido fue el accidente de avioneta de Ampostas[2] (Tarragona) en 1992, en el que se identificaron los cadáveres gracias al estudio odontológico (facilitado por la INTERPOL al ser extranjeros). También se llevó a cabo la reconstrucción del cráneo por superposición craneo-fotográfica en la que se podían ver los dientes, en el que además de afirmar la identificación, se pudo saber que la fractura dental de un sujeto había sido AM y no PM como se creía.
La necroidentificación basada en la odontología, muchas veces no requiere de grandes investigaciones si sólo se trata de confirmar la identidad cuando sus dientes poseen características identificadoras. Esto se podría señalar como los casos de Llollia Paulina[3] (mandada asesinar por Agripina), a quien se reconoció por su cabeza decapitada y desfigurada por su conocido incisivo roto, a Sor Úrsula Micaela[4] por sus sabidas caries y fístulas. En el de caso de Joseph Warren[5], fue identificado en una fosa común por Paul Revere al reconocer en sus dientes un puente de plata, en la Guerra de la Independencia en 1775.
Gonzalo Pérez Bayón
Criminólogo y Mediador
Bibliografía
[i] https://www.ilerna.es/blog/aprende-con-ilerna-online/sanidad/codigo-internacional-dientes-fdi/
[ii] DE ANTÓN F, DE LUIS JV, Policía Científica, Tirant lo Blanch Valencia, 2012, p 87-89
[iii] VALENZUELA A, MARTÍN DE LAS HERAS S “Odontología forense”, Medicina legal y toxicología de Gisbert Calabuig, Masson Barcelona, 2004, p 1310-1314
[iv] DE ANTÓN F, DE LUIS JV, Policía op., cit, p 636-640
[v] VALENZUELA A, MARTÍN DE LAS HERAS S “Odontología op., cit, p 1310-1314
[vi] VALENZUELA A, MARTÍN DE LAS HERAS S “Odontología op., cit, p 1314
[1] DE ANTÓN F, DE LUIS JV, Policía op., cit, p 87-89
[2] DORADO E, SÁNCHEZ JA, Lo que cuentan los muertos, Planeta Barcelona, 2015, p. 45-46
[3] DORADO E, SÁNCHEZ JA, Lo que cuentan op., cit, p. 105
[4] DORADO E, SÁNCHEZ JA, Lo que cuentan op., cit, p. 160
[5] DORADO E, SÁNCHEZ JA, Lo que cuentan op., cit, p. 160