PSICOPATÍA Y SU EVALUACIÓN EN MUJERES

Autor: Ángela Martín García

Resumen: La delincuencia femenina ha sido olvidada a lo largo de los años y, por lo tanto, también la evaluación de posibles psicopatologías relacionadas con esta. Aquí nos centraremos en la psicopatía y se mostrará el instrumento utilizado para valorar su presencia, además de algunas limitaciones a la hora de aplicarlo en mujeres. 

Palabras clave: psicopatía, delincuencia femenina, PCL-R.

INTRODUCCIÓN

Como se ha mencionado en algún artículo pasado, la delincuencia y la criminología, así como sus teorías explicativas han estado dominadas por el hombre. No ha sido hasta hace relativamente poco que se ha empezado a estudiar y analizar a la mujer como delincuente. Algunas de las razones es que a la mujer se le considera menos culpable, que tiene un menor riesgo o menor responsabilidad

 

Aunque los datos demuestran que la delincuencia femenina es significativamente inferior a la masculina, esta ha aumentado en los últimos tiempos. Lo mismo que ha ocurrido con la delincuencia femenina en general, ha sucedido con el estudio de la psicopatía en particular, que se ha centrado exclusivamente en el sexo masculino. La prevalencia de este trastorno de la personalidad es mucho inferior en mujeres, encontrándose 7 hombres por cada mujer. 

 

Uno de los mayores problemas que podemos encontrar al hablar de la psicopatía es su confusión con el Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) (según DSM-5) y con el Trastorno Disocial de la Personalidad (según CIE-11). En muchas ocasiones se tratan y se consideran como si fueran lo mismo, pero no lo son. Pese a estos problemas conceptuales, podría considerarse que ninguno de estos dos trastornos de personalidad cubren por completo el término de “psicopatía”. 

 

El instrumento que se utiliza para medir la psicopatía es el “Psychopathy Checklist – Revised” (PCL-R), elaborado por Robert Hare. Este instrumento ha sido estudiado y validado en hombres y, como veremos a continuación, puede presentar problemas a la hora de ser aplicado en mujeres. 

 

PCL-R

Este instrumento está formado por dos factores: el primero de ellos valora la personalidad y, el segundo la desviación social. Ambos factores, a su vez, fueron divididos en dos

 

  • Faceta 1: características interpersonales.
    • Ítem 1: locuacidad y encanto superficial.
    • Ítem 2: sentido desmesurado de autovalía.
    • Ítem 4: mentira patológica.
    • Ítem 5: estafa/engaño y manipulación.
  • Faceta 2: características afectivas.
    • Ítem 6: ausencia de remordimientos/culpa.
    • Ítem 7: afecto superficial y poco profundo.
    • Ítem 8: insensibilidad afectiva y ausencia de empatía
    • Ítem 16: incapacidad para aceptar la responsabilidad de sus propios actos.
  • Faceta 3: estilo de vida impulsivo/irresponsable. 
    • Ítem 3: necesidad de estimulación. 
    • Ítem 9: estilo de vida parásito. 
    • Ítem 13: ausencia de metas realistas.
    • Ítem 14: impulsividad.
    • Ítem 15: irresponsabilidad. 
  • Faceta 4: estilo de vida antisocial.
    • Ítem 10: escaso autocontrol. 
    • Ítem 12: problemas de conducta tempranos (infancia). 
    • Ítem 18: delincuencia juvenil. 
    • Ítem 19: revocación de la libertad condicional. 
    • Ítem 20: versatilidad criminal

Además de estos, existen otros dos ítems que no se engloban en ninguna faceta de las anteriores: ítem 11, conducta sexual promiscua e ítem 17, frecuentes relaciones maritales breves. 

 

Se trata de un cuestionario de 20 ítems, pudiéndose puntuar cada uno de ellos de 0 a 2, por lo que la puntuación máxima es de 40. La puntuación de corte para diagnosticar psicopatía en este instrumento es de 30.

 

PSICOPATÍA EN MUJERES

Tanto la cultura en la que vivimos, como la socialización por la que pasamos hombres y mujeres marca ciertas diferencias entre nosotros. Estas diferencias también son notorias en el área de la psicopatía y, por tanto, existen críticas y autores que consideran que la PCL-R debería ser adaptada para poder diagnosticar la psicopatía en mujeres con este instrumento. 

 

Por una parte, se considera que en mujeres, el factor 1 en psicópatas estaría marcado por falta de empatía o culpa, decepción interpersonal, tendencia al aburrimiento y búsqueda de sensaciones y, el factor 2, por problemas de conducta tempranos, la promiscuidad sexual y el comportamiento antisocial en la adultez. Por su parte, los hombres puntuarían en el factor 1 superficialidad y grandiosidad y en el factor 2 la falta de objetivos y el comportamiento antisocial en la adolescencia. 

 

También se ha encontrado una tendencia de las mujeres psicópatas a padecer Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) y en hombres Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP). También existe una relación con el abuso de drogas, siendo más relevante en mujeres que en hombres. 

 

En general, las mujeres psicópatas presentan puntuaciones en la escala mucho menores. Es por ello que Rutherford et al en 1998 decidió invalidar el punto de corte de 30 en mujeres, ya que casi ninguna puntuaba por encima de 29. Por esto mismo, Robert Hare propuso bajar la puntuación de corte en mujeres a 26. 

 

CASOS Y CONCLUSIONES

En este TFG, la autora realiza un análisis sobre algunas mujeres psicópatas en España, o consideradas como tal, a través de la información aportada en diferentes medios de comunicación. 

 

Dentro de su análisis incluyó a Francisca Ballesteros, “la envenenadora de Melilla”, María Ángeles Molina, “el caso de Angie la Fría” y Ana Julia Quezada, “caso de Gabriel”

 

La primera de ellas obtuvo una puntuación de 24, Angie 25 puntos y Ana Julia 26. Podemos ver como, pese a las limitaciones que tiene este análisis, porque no se ha pasado el instrumento directamente a cada uno de los sujetos, la puntuación más alta es de 26. Esta puntuación es el corte que habría propuesto Robert Hare para mujeres y vemos como, aun así, solo sería diagnosticada como psicópata una de ellas. 

 

Debemos tener en cuenta, por tanto, que se trata de un instrumento creado y validado para hombres y que además presenta otras críticas. Entre ellas, se considera que se centra demasiado en la desviación social y en el comportamiento antisocial. Sin embargo, hasta el momento es el instrumento que se utiliza para este diagnóstico, junto al PCL-SV como instrumento de screening. 

 

Ángela Martín García

Psicóloga especialista en análisis de la conducta criminal

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