SERVICIOS DE INTELIGENCIA EN EL MUNDO II. ISRAEL

Una de las características que más llaman la atención del conjunto de los servicios de inteligencia de Israel, y sobre todo del Mossad -que es el encargado de operar en el exterior-, es la capacidad que tienen para intercambiar información y cooperar con otros servicios secretos. En el estado judío, con una posición estratégica dentro de Oriente Próximo y con la mayor parte de sus rivales colindando con él y con importantes raíces islámicas, resulta más necesaria que nunca la cooperación con el mundo Occidental y sus servicios de inteligencia, ya sea con Estados Unidos o con las naciones europeas. También para estos se trata de una importante relación, pues Israel cuenta con muchos contactos en la zona, entre agentes encubiertos, colaboradores y relaciones diplomáticas.

Estas relaciones comenzaron en agosto de 1966, cuando Israel, gracias a sus servicios de inteligencia, consiguió secuestrar y robar desde Irak el último avión de combate soviético, modelo MiG-21, en lo que se conoce como Operación Diamante. Este avión estaba siendo suministrado por la Unión Soviética a diferentes países árabes y por eso Israel estaba interesado en obtener información sobre él. La familia Redfa, iraquí y cristiana, comenzaba a ser perseguida en dicho territorio, por lo que Munir Redfa, piloto de la fuerza aérea iraquí, accedió a realizar dicho plan, otorgándole una recompensa económica y seguridad para él y 32 familiares más (Kessebohm, 2020).

Posteriormente, el avión sería trasladado hasta EEUU, que aun libraba una batalla contra la Unión Soviética, comenzando de esta forma sus relaciones internacionales y diplomáticas (Filomenko, 2021). Esta operación fue todo un éxito, ya que, aumentan su valor como servicio de inteligencia y permite que Israel gane la guerra de los 6 días en 1967, frente a Egipto, Siria y Jordania; controlando, tras la guerra, cuatro veces más territorio que el que le había concedido la ONU (Kessebohm, 2020).

De igual modo, se ha utilizado tanto suelo estadounidense como europeo para establecer lazos y alianzas de paz con diferentes países árabes. En este sentido, Israel y Palestina se sientan a negociar la paz en Oslo (Noruega) en 1993, después de que la primera ‘Intifada’ provocase graves altercados en Gaza entre las fuerzas islámicas radicales y las acciones, cada vez más radicales, del Mossad.

Gracias a esto, se termina firmando un Tratado de Paz en Washington en 1993 entre Israel y la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Este Tratado provoca que las tropas de Israel se retiren de la franja de Gaza y Cisjordania; el descontento de los países árabes con Yasir Arafat, líder de la OLP; y el surgimiento de una nueva organización terrorista islámica y amenaza para Israel: Hamás (Kessebohm, 2020).

Otra ocasión de alianza entre Israel y Occidente se produce tras el conocimiento del programa nuclear de Irán, ya que, Israel ejerce presión a través de las relaciones diplomáticas y sus servicios de inteligencia, hasta el punto de que se crea un dossier con la información explosiva de Irán que es compartido con otros servicios de inteligencia de EEUU y Europa.

Asimismo, y tras atacar cibernéticamente mediante un gusano al programa informático nuclear de Irán y asesinar a seis de sus cabecillas científicos, consiguen que los planes nucleares iraníes se retrasen; hasta el punto de que Irán termina firmando, en 2015, un Acuerdo integral con Estados Unidos, en el que se le impide hacerse con armas nucleares. Aun así, en 2018 agentes del Mossad consiguen documentos secretos que prueban actividades nucleares prohibidas y que, tras publicarlos, hacen que las relaciones entre EEUU e Irán terminen (Kessebohm, 2020).

Pero no sólo guardan estrechas relaciones con Occidente. Ruven Siloah, el primer director del Mossad, ideó la idea de ‘diplomacia clandestina’. Gracias a su pensamiento, se establecieron a lo largo de la historia diferentes contactos con funcionarios y altos cargos de la oposición y de otros países de Oriente Próximo, como pueden ser Turquía, Irán, Etiopía, Omán o Marruecos.