turquía, la frágil esperanza de la otan

Autor: Meritxell Perelló Pinto

RESUMEN:

Afganistán es, ha sido y será un territorio en disputa, su importancia geopolítica y estratégica ha hecho de él un punto de tránsito para el comercio internacional. Los pasos de Khyber, Khodzhak, Spin Boldak y Gomal, todos entre Pakistán y Afganistán, permiten conectar Eurasia con el Indo-Pacífico. Estos pasos son de suma importancia para The Belt and Road Initiative (la Nueva Ruta de la Seda), la gran iniciativa comercial y de defensa china.

Tras la salida de Estados Unidos y la mayoría de las fuerzas de la OTAN de Afganistán, Turquía es el único miembro de la organización que planea quedarse. Aprovechando la salida militar, China aumenta su presencia en el país, tanto en lo económico y comercial como en lo militar, sirviéndose de la histórica alianza militar con Pakistán. 

La disputa por Afganistán continúa. 

 

Palabras Clave:

Turquía, OTAN, Afganistán, China, Pakistán.

Turquía en Oriente Medio

La estrategia otomana en Oriente Medio puede hacer de Turquía la esperanza de la OTAN en conservar algún tipo de control en Afganistán. La disputa turca entre Irán y Arabia Saudí para el liderazgo en la región y la necesidad de frenar y acabar con las aspiraciones kurdas, han alimentado y dado fuerza a la política expansionista turca en Oriente Medio, llamada por algunos “neo otomana”, la cual se enfoca en una “Greater Turkey” que incluiría a todos aquellos países de etnia turca, con una mirada hacia el Este. El ascenso del AKP[1] en la última década, con Erdogan como líder, ha propiciado un acercamiento con los países de Oriente Medio. Con un gobierno más favorable a una Turquía Islámica y que se aleja de la visión occidental y europea transmite más confianza a países como Siria e Iraq, Estados que en un pasado desconfiaban de Turquía por su cercanía a Occidente.

Otro factor del viraje turco hacia Oriente ha sido el eterno bloqueo de la Unión Europea para la integración de Turquía en ella, consiguiendo a lo largo de los años un papel de socio externo. A pesar de sus intentos de adherir-se a la UE desde el año 1995, tres décadas después su entrada está más lejos que nunca, sino se da ya por perdida. Con la llegada de Erdogan al poder el acercamiento con los países asiáticos y musulmanes ha sido fructífero, pero a causa de las mismas políticas internas y externas las relaciones con los líderes europeos han ido a peor. Turquía que tras sentirse ignorada por la Unión y tomar un camino más “extremista” o menos occidental, ve como la deseada entrada en la UE le es prescindible. A esto, le debemos sumar el eterno conflicto con Grecia, miembro de la UE, y el compartido sentimiento en Europa de la negativa a su entrada.

En la última década las instituciones e industrias turcas de energía y transporte han crecido exponencialmente, jugando un papel clave en las relaciones exteriores del país y en su región. Las disputas por el gas en el Mediterráneo Oriental, el hecho de ser uno de los proveedores de gas en Europa o sus rutas comerciales que conectan Europa con Asia, como el llamado “The Middle Corridor”, han supuesto para Turquía afianzarse como un actor clave en la región y como segunda fuerza en la OTAN.

[1] El AKP es el Partido de la Justicia y el Desarrollo de Turquía, considerado un partido conservador y extremista en ciertos aspectos. Es el partido del Primer Ministro turco.

Afganistán, los Talibanes y nuevas alianzas

La visión expansionista oriental de Turquía ha ido acompañada de un incremento de sus Fuerzas Armadas en el exterior, llegando a nuevos acuerdos militares e implementando nuevas bases. Después de la retirada de la mayoría de las fuerzas de la OTAN de Afganistán, Turquía es el único país de la Organización que planea mantener su fuerza militar. Estados Unidos a través del Pentágono ha hecho pública la importancia de mantener un control en el aeropuerto internacional de Kabul, dando vía libre a la propuesta turca de mantener 500 tropas en dicha infraestructura.

Bases militares y cooperaciones de Turquía en el extranjero 

Fuente: THE WASHINGTON INSTITUTE FOR NEAR EAST POLICY POLICY NOTES JULY 2021 NO. 108

Turquía y su utilidad para la OTAN

Unas medidas acordadas y apoyadas por el gobierno afgano pero repudiadas por los Talibanes, quiénes, a día de hoy, ya controlan la mayor parte de Afganistán y el Spin Boldak Pass, uno de los pasos clave fronterizos con Pakistán. Al contrario de la situación con Turquía, los Talibanes si aceptan la presencia china en Afganistán y ya han propuesto al gigante asiático de formar una alianza para la reconstrucción del país. Un acuerdo que a China le sería preciso para poder desarrollar The Belt and Road Initiative y extender el Corredor Económico entre China y Pakistán (CPEC) a Afganistán.

Desde una visión pragmática, los Talibanes ven la posible alianza con China no solo comercial sino también de defensa, ya que Pekín se asegurará que sus inversiones en infraestructuras no estén en peligro. Una posibilidad muy factible para China al ya contar con un histórico acuerdo militar con Pakistán y tener fuerzas desplegadas en la región.

El acercamiento chino a los Talibanes preocupa a la OTAN que ve como su pérdida de poder en la región sería inminente y como el gigante asiático, su principal rival a nivel global, podría ocupar ese vacío de poder. Es por ello, que Turquía juega un papel fundamental para suavizar la situación. Y es que, aún y ser miembro de la OTAN, Turquía, gracias a su cultura y multilateralismo, cuenta con una mayor facilidad para estrechar relaciones con países musulmanes y establecer vínculos militares, como es en el caso de Pakistán. 

El pasado 5 de julio, Turquía y Pakistán acordaron incrementar la cooperación militar entre ambos países. El programa de cooperación, que asciende a varios miles de millones de dólares, incluye un amplio intercambio de educación y formación militar y, según se informa, se está ampliando para incluir el desarrollo de aviones no tripulados. En este último encuentro destaca en especial la cooperación en la lucha contra el terrorismo, en la que los países vecinos a Pakistán pueden ser objetivo de acusaciones.

La alianza con Pakistán puede dar la seguridad a Turquía para mantener sus tropas en la región, pero también puede ser contraproducente ya que los Talibanes aun y mantener buenas relaciones con Pakistán no quieren la presencia turca en territorio afgano. Al mismo tiempo, Pakistán tiene una estrecha vinculación militar con China que a largo plazo y si es necesario puede pesar más que la cooperación turca. El vínculo China-Pakistán va más allá del corredor (CPEC), incluye un bloqueo a la India, rival de ambos países y aliado estadounidense.

Turquía es el único miembro de la OTAN que puede dar acceso a una mayor vinculación con países musulmanes sin la necesidad de que sean prooccidentales, las bases militares turcas que hay en Estados como Siria o Iraq no serían posibles sino tuvieran una historia y religión en común.

Bajo el gobierno del AKP, Turquía se ha erigido con más fuerza como un actor clave en el Oriente Medio y con la voluntad de ejercer como líder en la región. Ello ha hecho que se haya presentado como un “facilitador” y mediador en varios conflictos regionales. Este papel le ha dado un mayor reconocimiento occidental como potencia en el mundo musulmán, pudiendo estabilizar su “patio trasero” y potenciar el comercio turco en la región. El AKP que puede verse visto rechazado en Europa por su tendencia islamista y autoritaria, ha sido bien recibido en Oriente adquiriendo más protagonismo e incidencia en diferentes conflictos como en Iraq y Siria o entre Pakistán y Afganistán, entre otros.

Conclusiones

Turquía se encuentra en la rara posición de poder hablar con todas las partes de los conflictos de Oriente Próximo. Como miembro de la OTAN podría tener la posibilidad de mantener un control favorable a la organización, pero Turquía también ha sido un país sancionado en varias ocasiones por Estados Unidos y despreciado por Europa, razón por la cual transmite mayor confianza a países como Pakistán.

En la situación actual en Afganistán nos podríamos plantear si Turquía puede desempeñar este papel de control delegado de la OTAN, su alianza militar con Pakistán y la buena relación con China en el ámbito económico podría facilitar su estada en el país. Pero el casi control total de los Talibanes en territorio afgano se le gira a la contra, sin embargo, aun y quedar fuera de Afganistán su cooperación militar en Pakistán se mantendría. A diferencia de otras potencias y al igual que China, Turquía posee una fuerte alianza militar con Pakistán. Tales factores pueden comportar que aún siendo la segunda fuerza de la OTAN, Turquía no ejerza como tal en su totalidad y haga uso de su multilateralismo para poder mantener su liderazgo y posición en ambas regiones. En definitiva, un política neo-tomana imperialista.

Es en situaciones como esta que la Alianza Transatlántica debe poner en valor su eficacia y su capacidad de mantener el control a través de sus miembros, que no es lo mismo que mantener actuaciones anteriores y similares a través de otros gobiernos. Con el cambio geopolítico actual en el que el mundo se divide cada vez más en bloques y Occidente no es capaz de mantener su influencia a nivel global, es muy importante ser capaces de usar las herramientas y facilidades que países como Turquía pueden ofrecer, un puente entre dos mundos sin intentar tener un control ni injerencia total.

Aunque la relación entre Europa y Turquía no esté en su mejor momento, Turquía continúa siendo una oportunidad de tener un mayor acceso en el mundo musulmán más allá del ámbito institucional. Por todo ello, Turquía a pesar de ser miembro de la OTAN no debe tenerse como una esperanza de control en la región, pero si como una esperanza y oportunidad de acceso en la región y de equilibrio, sus alianzas son contrarias a la de otros miembros de la organización, pero complementarias para llegar a un equilibrio.

MERITXELL PERELLÓ PINTO

bibliografía