¿ES ÁFRICA EL NUEVO ESCENARIO DEL TERRORISMO YIHADISTA?

Responder a esta pregunta requiere comprender los problemas que atraviesa el país. Por lo tanto habra que  analizarlo teniendo en cuenta las especiales peculiaridades de este. En cambio si solo se analizara desde la perspectiva occidental se erraría de lleno.

En primer lugar, podemos hablar de la teoría denominada “la maldición de los recursos naturales”. Dicha teoría pone de manifiesto que aquellos países con mayor riqueza medioambiental son los que acaban siendo más perjudicados. Las causas de esta lacra son precisamente los expolios que se producen de dichos elementos, donde todos los beneficies van destinados a un grupo muy reducido de personas o hacía el extranjero.[18] Por esta razón los grupos terroristas ven en la abundancia de recursos naturales que el continente posee una gran oportunidad de crecimiento.

La inestabilidad política característica en buena parte del grueso de los países más afectados por el terrorismo no es casualidad. Es más, los grupos armados aprovechan los vacíos de poder existentes para obtener sus cuotas de liderazgo y en África encuentran el lugar idóneo para esto. Igualmente, es necesario remarcar que, África es el continente con mayor corrupción de todo el mundo. Ademas,  sus países ocupan los últimos puestos en los índices de transparencia. 5 de los 7 países más corruptos del mundo están en este continente.[19]

La escasa escolarización, la pobreza, la falta de oportunidades y la crisis humanitaria, son en definitivas circunstancias que pueden acabar desencadenando en un incremento del grueso de los grupos armados. Con todo esto, las organizaciones terroristas aprovechan esta situación para ofrecer a la población una alternativa con la que ganarse la vida. Otro de los factores que incitan a un aumento de la violencia, y donde los grupos armados obtienen el caldo de cultivo perfecto para desplegar su ideología, es la tradicional “cultura de la violencia”. En realidad, la violencia no es la norma en África. Sin embargo, podemos encontrar en sus tradiciones y cultura numerosos ejemplos de cómo se establece la violencia como método de resolución de determinados conflictos. Como ya dijo la politóloga Adda Bozeman: “los africanos se encuentran más a gusto con la violencia en sus múltiples manifestaciones que sus contemporáneos en Europa y Estados Unidos”.[20]

Otro factor es el aumento del extremismo religioso. En los últimos tiempos se ha producido un cambio en la interpretación del islam en el continente africano. Es por ello que la forma sufí y sus aspectos más tradicionales han sido desplazados por las interpretaciones salafistas radicales. De hecho, este extremismo proporciona el enlace perfecto con la ideología de los grupos yihadistas. En consecuencia, en las últimas dos décadas se ha disparado la construcción de mezquitas en el continente africano, localizándose en muchas de ellas la predicación del ideario salafista.[21]

Los elevados índices de natalidad en el continente africano son otro factor resulta muy atractivos para los grupos terroristas por dos motivos: El primero porque es evidente que el número de personas que pueden nutrir al grupo no deja de crecer año tras año. Y, en segundo lugar, debido a que el incesante aumento de la población acaba provocando que exista un desfase entre el número de población y las oportunidades existentes. Como resultado, se producen sentimientos de descontento y desesperación, siendo aprovechada estas circunstancias por los grupos armados.

Todos estos indicadores parecen conducir a una misma inferencia, la siguiente etapa del terrorismo va a tener el continente africano como principal campo de batalla.