La olvidada crisis humanitaria en el Sáhara Occidental: Una brecha abierta y permitida al odio y a la radicalización violenta

Autor: Gorane Mendieta Díaz

 

Resumen

El Sáhara Occidental ha sido y es un territorio codiciado y disputado por múltiples países a nivel internacional, tanto por su ubicación geoestratégica como por sus abundantes recursos. Sin embargo, detrás de este eterno conflicto ¿qué es lo que está ocurriendo con la población local del Sáhara? ¿alguien está considerando el factor humanitario? Mientras se discuten lentamente las soluciones sobre el territorio del Sáhara Occidental, Marruecos avanza con autodeterminación sobre la población saharaui, la cual se encuentra en un impasse esperando a que la actuación de la comunidad internacional resuelva el complejo asunto.

La acumulación de factores como la incertidumbre, la carencia de expectativas y las pésimas condiciones de vida de un pueblo abandonado a su suerte, están fracturando a la población saharaui y que, necesariamente, terminará explotando. Lo que no conocemos es el cuándo.

Palabras clave:

Sáhara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, Tinduf, Naciones Unidas, Radicalización, Crisis en el Sahara Occidental.

Marco contextual de la crisis en el Sáhara Occidental

Treinta años después de la declaración y la firma del alto al fuego entre el Frente Polisario[1] y el Reino de Marruecos, el 13 de noviembre de 2020 vuelve a resurgir la tensión entre ambos. Esta fue suscitada a causa de la intervención militar marroquí contra activistas saharauis en el paso fronterizo de Guerguerat, donde se encontraban manifestando su disconformidad por la falta de compromiso de las Naciones Unidas en convocar el prometido referéndum para la autodeterminación del territorio saharaui conciliado ya en el año 1991, pero que jamás se llegó a realizar.

Tales hechos supusieron que el Frente Polisario considerase roto el alto al fuego y declarase el Estado de Guerra contra Marruecos, iniciándose así la segunda fase de la Guerra del Sáhara, que dio comienzo en 1975 con el proceso de descolonización y el bloqueo del mismo a causa de la Marcha Verde. Dicho movimiento, es, a su vez, conocido por el nombre “Marcha Negra” en virtud de su carácter represivo y conformado no sólo por civiles, sino por militares marroquíes que ejercieron esta acción para apoderarse, de forma ilegítima, forzosa y violenta, de la soberanía de la antigua colonia española, vulnerando, hasta el actual 2021, los Derechos Humanos de los saharauis.[2]

El Consejo de Seguridad de las NN.UU., deploró la realización de la Marcha Negra en su Resolución 380 en 1975[3] en el punto 1 y 2, instando a la retirada de Marruecos del territorio saharaui en conformidad al artículo 33 de la Carta de las NN.UU.[4]. Tres años después, la Asamblea General, en su resolución 34/37[5] lo calificó como ocupación. Finalmente, la organización internacional elevó esta contingencia a Misión de las NN.UU. para un Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) pero, con el paso del tiempo, fue desvirtuándose y el pueblo saharaui sigue manifestándose para que la consulta se produzca dentro del marco del derecho internacional.

La falta de compromiso de las NN.UU. y las incesantes incursiones represivas de Marruecos, sin reprimenda alguna y actuando en contra de la Carta de las NN.UU., han provocado, a lo largo de los últimos 30 años la huida de miles de saharauis hacia el suroeste de Argelia. Además, es el lugar donde desde entonces se han establecido en campamentos provisionales, a la espera del prometido referéndum de 1991.

Sin embargo, el impasse político y la negativa internacional de intervenir en el asunto ha facilitado que Marruecos avance en su dominación frente al Sáhara. La construcción de los llamados muros de defensa del ejército marroquí, los recursos militares recibidos de sus fuertes aliados, tales como EEUU y Francia, y sus constantes ofensivas por lograr la soberanía del territorio saharaui, han originado que Marruecos haya ido consolidando su control sobre gran parte del territorio del Sáhara Occidental. De esta manera, hacinando a la población saharaui en los campamentos de refugiados e imposibilitando cada vez más el restablecimiento de los saharauis en su país, el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio declarado no autónomo.

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Ilustración 1: Distribución de los campamentos de refugiados saharauis en Argelia.

La situación en los campamentos de refugiados saharauis

 A 5 de abril de 2021, los campamentos con localización en el suroeste de Argelia, ubicados en la hamada desértica, según los datos de ACNUR y la página web oficial Una mirada al Sáhara Occidental, estiman la población en unos 173.600 habitantes y confieren la distribución tal y como está expuesta visualmente en la Ilustración 1.

Las pésimas infraestructuras provisionales, la localización y la orografía de la misma, dificultan tanto la vida diaria (con tormentas de arena, inundaciones y temperaturas extremadamente altas) como la productividad agrícola local. De este modo, los campamentos dependen social, alimentaria, sanitaria, educativa y económicamente de la ayuda internacional, la cual es insuficiente para cubrir las necesidades básicas humanitarias. Además, debido a la crisis global y multidisciplinar generada por la pandemia de la Covid-19, la asistencia proveniente del exterior de los campamentos es innegablemente inferior. 

Por consiguiente, la transversalidad de la dependencia tan elevada a la que la población refugiada está sujeta, implica, de facto, que ésta se encuentre expuesta a una sensación de incertidumbre y frustración constante. El hecho de no contar con recursos propios y, además, junto a la falta de sentimiento de pertenencia e identidad propia, implica que la población se encuentre en una situación que predispone a la generación de graves perjuicios psicológicos a corto y largo plazo.

Por ello, podemos concluir con la afirmativa de que la situación en los campamentos ha sido y continúa siendo compleja. La población saharaui ha estado y está expuesta a la violación de las más elementales normas del marco internacional: exilios forzosos, encarcelamientos ilegales de activistas saharauis, la malnutrición y escasez de agua, abusos psicológicos y físicos contra la población civil, la carencia de expectativas, la supervivencia bajo condiciones temporales extremas, infraestructuras de vivienda, educativas y sanitarias en condiciones deplorables, exposición ininterrumpida a episodios de violencia, terrorismo y un largo etcétera de condiciones que evidencian la necesidad de una actuación urgente por parte de las instituciones occidentales. [6]

Presencia de Organizaciones de corte yihadista en África Occidental

Los refugiados saharauis y su provisional campamento en Tinduf no están expuestos únicamente a la inconsistencia y crisis interna. Debido a su proximidad geográfica a países inestables como lo son Mauritania, Mali, y Níger, la hamada argelina – refugio de los saharaui – se encuentra expuesta a graves peligros.

Ilustración 2: presencia de yihadismo en el noreste de África.

El ejército argelino cuenta con gran experiencia y eficacia en la acción contraterrorista, dado que en 1997 tuvo que confrontarse con el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) tras la guerra civil argelina. No obstante, las múltiples organizaciones yihadistas que, por su versatilidad y su diversificación constante, continúan fascinando a jóvenes de todo el mundo a través de su discurso adaptable e individualizado. Aunque los escenarios de crisis de diferentes estados mantengan desigualdades de fondo, las fracturas y desequilibrios sociales acaban traduciéndose, muchas veces, en protestas sociales con repertorios de actividad colectiva violenta de la cual el yihadismo trata de sacar partido.

Las organizaciones elaboran un plan estratégico y minuciosamente dirigido para así posicionarse en cada región y conectar socialmente con ella. Su base doctrinal contiene siempre el semejante y grácil pretexto religioso que cubre y da forma a la justificación de sus diferentes expresiones de violencia. Llevándose todo ello a cabo a través de una particular visión de la religión islámica, que actúa de forma, pero no de fondo.

Estas organizaciones, a pesar de sus incesantes uniones y escisiones, se encuentran bajo el mismo paraguas de la yihad islámica violenta, con diferente nombre, pero con una estructura análoga.

El GSPC argelino, tras la descentralización de Al Qaeda en 2001 a causa de los atentados y la respuesta contraterrorista norteamericana en Afganistán, se fusionó con éste en 2007, fundando la organización conocida, hoy en día, como Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Además, en la actualidad existe también una fusión de filiales de Al Qaeda, conocida como Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) creada en 2017. Por si fuera poco, en el bando del Daesh podemos encontrar el Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS) que está liderado por un yihadista originario del Sáhara español, Adnan Abú Ualid al Saharaui.[7]                

Ilustración 3: Organizaciones yihadistas presentes en el noreste de África.

                                 

Compilación de factores predisponentes a la radicalización

Las formaciones de AQMI, JNIM y EIGS operan en la zona del Sahel y el Magreb favoreciendo al desequilibrio existente en los distintos estados que conforman tales regiones. Asimismo, son éstas las organizaciones que disponen de mayor posibilidad de entrada en la dinámica de protesta saharaui por la recuperación de su territorio. Un primer factor sería por proximidad, y otro segundo factor sería debido a la dinamicidad y fuerza que están adquiriendo últimamente en las fracturas de los países colindantes.

Además, es importante remarcar la estrecha conexión de Occidente con el conflicto del Sáhara. Este componente es imprescindible a tener en cuenta debido a la connotación que adquiere Occidente en la narrativa yihadista. Un elemento favorecedor para la estructura de su discurso.[8]

crisis del Sahara occidental

Ilustración 4: estructura lógica de la narrativa yihadista aplicable en los campamentos de Tinduf.

  Centros para el estudio del terrorismo y los servicios secretos argelinos afirmaban en 2010 y 2011 que diversos miembros del Frente Polisario podrían tener alguna relación con la yihad islámica promovida por AQMI. Ciertamente, varios miembros ya declararon oficialmente su conformidad con la organización[9]. Además, en el año 2019, el Ministerio de Defensa Español advirtió del posible riesgo de atentados contra los cerca de 100 cooperantes españoles establecidos en los campamentos de Tinduf, después de la inestabilidad terrorista en el norte de Mali y que podría acabar afectando a los habitantes del suroeste argelino.[10]

No obstante, tal y como hemos mencionado anteriormente, la presencia terrorista se encuentra más establecida en las regiones de Mali, Níger y Mauritania, aunque no se descarta que exista una creciente actividad terrorista o una propagación radical en Tinduf. Esto se explicaría debido a que la susceptibilidad y fractura social de la cual se alimentan los grupos terroristas como AQMI está muy presente en los campamentos de refugiados saharauis. 

Actualmente no existe un perfil que determine una escrupulosa pertenencia a las organizaciones, células o filiales del movimiento yihadista. Sin embargo, hay patrones repetitivos y factores preparantes que favorecen que una persona transija esas estructuras doctrinales. Concretamente, los jóvenes que han nacido y viven en Tinduf, en comparación con personas con mayor edad, son exponencialmente un grupo de alto riesgo a la radicalización.

La combinación de factores como la carencia de identidad o pertenencia a un lugar, la falta de expectativas, de futuro, de educación, de condiciones insalubres junto una personalidad todavía en construcción, el espíritu revolucionario y el hecho de que esta generación de jóvenes nunca ha podido visitar su país, serían las principales causas psicosociales.[11]

Por tanto, el rebrote de las tensiones entre Marruecos y el Frente Polisario podría llegar a actuar como factor precipitante al argumentario «ya no creo en la resistencia pacífica», «nada que perder» o “hay que volver a las armas”. Estas son algunas de las frases que la activista saharaui Aminetu Haidar ya ha comenzado a escuchar entre los más jóvenes, y manifiesta el temor de que esto pueda llegar a transformase finalmente en un movimiento violento. A pesar de asegurar que el pueblo saharaui posee una cultura muy alejada de la violencia, ya que han resistido pacíficamente durante todo este tiempo. La activista teme que, por frustración a la no solución del conflicto, el terrorismo acabe “cubriendo” de alguna manera esas necesidades que buscan los saharauis más jóvenes.[12]

En consecuencia, las brechas abiertas y también, permitidas por las instituciones occidentales, han favorecido a la situación en la que hoy en día se encuentra el Sáhara Occidental y los saharauis. Es evidente que esta contingencia sigue siendo una cuestión de descolonización y que el alto al fuego jamás se llegó a cumplir, al igual que la promesa del referéndum. A estas alturas, podemos ser conscientes de que la adquisición de una postura equidistante frente a una injusticia (reconocida internacionalmente) implica la contribución a la misma y que hasta el actual 2021, los intereses comerciales dominan a los intereses humanitarios. ¿Después de tantos años los saharauis podrán seguir soportando esta situación de igual manera? Por el momento, los saharauis esperan ser saharauis en el Sáhara.

METODO 2.0

BIBLIOGRAFÍA

[1] Movimiento representante del pueblo saharaui de liberación nacional, democrático y anticolonialista. Nace en 1973 con el propósito de lograr la independencia total del Sáhara y proclamando en 1976 la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Su base se encuentra en los campamentos.

[2] Agencia EFE (13/11/2020). El Frente Polisario acusa a Marruecos de violar el alto el fuego tras la intervención del ejército en una protesta en el Sáhara. Público. Recuperado de: https://www.publico.es/internacional/frente-polisario-acusa-marruecos-violar.html

[3] Consejo de las Naciones Unidas (NN.UU.) Resolución 380 (1975), de 6 de noviembre de 1975 https://undocs.org/pdf?symbol=es/S/RES/380%20(1975)

[4] Carta de las Naciones Unidas (NN.UU.) Artículo 33, Capítulo VI, Arreglo Pacífico De Controversias. 26 de junio de 1945, San Francisco. https://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/carta_nu.pdf

[5] Asamblea General de las Naciones Unidas (NN.UU.) 34/37 Cuestión del Sáhara Occidental. 75ª Sesión plenaria, 21 de noviembre de 1979. https://undocs.org/pdf?symbol=es/A/RES/34/37

[6] Moulud Said, H. (2018). Informe sobre la situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Sahara Press Service

[7] Lounnas, D. (2014), ‘Confronting Al-Qa’ida in the Islamic Maghreb in the Sahel: Algeria and the Malian

crisis’, The Journal of North African Studies, 19:5, pp. 812-813.

[8] Galán, S. A. (2018). Jamā’at Nuṣrat al-Islām wa-l-Muslimīn: análisis del proyecto de al-Qaeda para el Sahel a través de su propaganda.

[9] Bizzotto. M (2011). Formación de un Estado controlado por Al Qaeda en el Sáhara Occidental. Preguntas Parlamentarias. Parlamento Europeo

[10] Europapress. (28/11/2019). Defensa alerta del riesgo «inminente» de atentados contra españoles en los campamentos saharauis de Tinduf. La Sexta. Recuperado de: https://www.lasexta.com/noticias/nacional/defensa-alerta-del-riesgo-de-atentados-contra-ciudadanos-espanoles-en-tinduf-argelia_201911285ddf8e4a0cf2ebd69d5632e9.html

[11] González Cabrera, J.M. (2011) Estudio psicosocial de los procesos de radicalización islamista y reclutamiento yihadista en contextos críticos. Universidad de Granada

[12] Agencia EFE. (25/05/2016) Aminatou Haidar teme que la frustración lleve a los jóvenes saharauis a la violencia. El diario. Recuperado de: https://www.eldiario.es/politica/aminatou-haidar-frustracion-saharauis-violencia_1_3981889.html