Bitcoin ¿la moneda más segura?
Autor: Ainoa Guillén González
Bitcoin: ¿La moneda más segura?
Cada día podemos encontrar un mayor número de artículos y noticias que hablan de criptomonedas, siendo Bitcoin la más conocida, ya que fue la primera que comenzó a operar en 2009. Estas divisas se han popularizado en los últimos años debido al uso de criptografía para asegurar las transacciones que se realizan con ellas. Pero ¿en que se basa su seguridad?
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¿Qué es una criptomoneda?
Una criptomoneda es un activo digital que puede utilizarse para realizar intercambios, emulando el funcionamiento de una moneda habitual pero con ciertas particularidades. . Estas se encuentran basadas en el principio de transparencia, ya que carecen del control de cualquier banco, país o entidad, siendo una moneda «descentralizada», lo que la hace independiente. Por lo tanto, carece de cualquier tipo de intermediario, teniendo los usuarios un completo control del proceso.
Estas monedas son de tipo digital, no tienen un formato físico. En los sistemas que operan con este tipo de moneda se encuentra garantizada la seguridad, integridad y la transparencia en la contabilidad. Esto se debe en gran parte a su famosa «cadena de bloques» o «blockchain» que conforman su arquitectura. Blockchain es un conjunto de tecnologías que permiten la transferencia de un valor o activo de un lugar a otro, sin ayuda de terceros, distribuyéndose en diversos nodos de una red, lo que contribuye a la descentralización de la moneda.
¿Cómo funciona esta tecnología?
Esta tecnología es una lista de registros, que están asegurados mediante medios criptográficos, es decir, técnicas de cifrado o codificado destinadas a proteger la información que ocultan. Esta cadena de bloques conforma un registro público y abierto, donde se refieren todas las transacciones que se dan entre los usuarios. Por lo tanto, cualquier usuario podría ver los movimientos de las divisas, siendo un sistema transparente. Existen algunos sitios web que proporcionan información al usuario de todas las transacciones, tales con el número de Bitcoin actualmente en circulación ,el número de transacciones por hora o las comisiones de transacción.
Esta cadena consta de varios usuarios (o nodos) que se encargan de verificar las transacciones y las validan. Comprueban si la cuente de origen tiene la cantidad suficiente para enviar a la cuenta de destino. Posteriormente se registran en el libro de cuentas, construyendo así una base de datos distribuida y accesible.
¿Y qué hay de su seguridad?
La seguridad de las criptomonedas se debe a la función criptográfico utilizado. Actualmente el Bitcoin utilizado una función hash «SHA-256». Esta función fue desarrollada en por la NSA posteriormente a que se descubriera la vulnerabilidad de su función predecesora, el «MD5». Esta función permite transformar bloques de datos en una nueva serie de caracteres con una longitud fija, utilizando claves de 256 bits que permite que la cadena de texto que cifra en origen no pueda ser descifrada. O al menos no de forma matemática actualmente. Esto ha hecho que actualmente sea la función criptográfica mas utilizada hasta la fecha en el procesamiento de la información.
Ahora podemos formular un ejemplo práctico que nos ayudará a entender esta función de cifrado. En un generador online de hashes, probaremos con la palabra «bitcoin» para generar un hash SHA256, el resultado es el siguiente:
«6b88c087247aa2f07ee1c5956b8e1a9f4c7f892a70e324f1bb3d161e05ca107b«
Ahora, generaremos otro hash con la misma palabra, pero esta vez comenzando con letra mayúscula, «Bitcoin». El resultado:
«b4056df6691f8dc72e56302ddad345d65fead3ead9299609a826e2344eb63aa4«
Como podemos observar, cambiando solamente una letra del texto plano, obtendremos hashes totalmente diferentes. Sin embargo, mantienen una constante, ambos son una cadena de 40 caracteres de longitud. Esto garantiza que el bloque de información cifrado tenga un hash único.
Bitcoin como caso
En el caso de Bitcoin, estas claves criptográficas generadas se asocian a un monedero virtual, el cual almancena las cantidades de moneda que posee el usuario, que tiene la capacidad de enviar y descontar pagos, creando un balance de cuentas. Esta identificación del monedero es fácilmente verificable, ya que todas las direcciones de Bitcoin son únicas e irrepetibles.
Para operar con Bitcoin es necesario crear este monedero virtual con el que podríamos comenzar a operar. Aquí entra en juego otro de los aspectos importantes de la seguridad vinculada a las criptomonedas, la especial protección de este monedero que forma parte de nuestra identidad digital. Funciona con un usuario y contraseña para acceder, por lo tanto es necesario que se aplique una capa de seguridad adicional formando una contraseña segura, ya que si bien los algoritmos de cifrado que protegen las criptomonedas son difícilmente descifrables, no ocurre lo mismo con el acceso al monedero. Se deberán seguir las pautas recomendadas para la formación de contraseñas.
- Un adecuado número de carácteres (entre 10 y 12)
- Que se trate de una contraseña única, no utilizada anteriormente para otro servicio.
- Incluir números, mayúsculas, minúsculas y carácteres especiales (símbolos)
- Cambiar la misma cada cierto período de tiempo.
Hace unos días teníamos noticias de el caso de Stefan Thomas, que perdió las claves para acceder a su cartera Bitcoin, donde almacenaba monedas por un valor de más de 200 millones de euros. Este es uno de los casos que evidencia la necesidad de aplicar la capa de protección en las contraseñas de acceso, incluyendo mecanismos para evitar el olvido o la pérdida, ya que si no consigue desbloquear su contraseña, perdería la totalidad de su cartera.
El futuro de la moneda
Como hemos podido observar, las criptomonedas como caso general y el Bitcoin como caso particular, se trata de una moneda que avanza en pos de una economía descentralizada, con un libro de cuentas público y muy segura gracias al uso de los algoritmos de cifrado o funciones hash.
Cada vez son mas las personas que se unen al fenómeno de la inversión en las criptomonedas, siendo noticias las subidas y bajadas que estas tienen respecto a su valor, por lo tanto, es evidente que se están consolidando actualmente como una moneda válida, accesible para cualquier usuario.
Quizás en el futuro veamos muchos comercios que admitan el pago con este tipo de moneda, cuestión que podría amenazar a algunos sectores de la economía actual.
Ainoa Guillén González
