¿por qué las mujeres delinquen menos?

Autor: Ángela Martín García

Resumen

La diferencia que existe entre la delincuencia femenina y masculina es bastante significativa. Por ello, intentaremos aplicar algunas de las teorías criminológicas tradicionales como son la asociación diferencial, el etiquetado, el control social o la anomia a la delincuencia femenina. Sin embargo, no podemos olvidar la gran importancia que presenta la socialización y la existencia del rol de género en la misma.

Palabras clave: delincuencia femenina, teorías criminológicas, socialización, rol.

Originalmente, la delincuencia ha sido dominada por el hombre y, por ello, las teorías de la delincuencia tradicionales han sido fundamentalmente centradas en él. A pesar de esto, a partir de los años 70, tras el movimiento feminista, surge la criminología feminista, la cual centra la atención en las mujeres.

De manera general, la delincuencia femenina tiene una entidad mucho más leve, y más aún si nos centramos en la criminalidad de tipo violento. No obstante, veremos más adelante cómo esto ha cambiado ligeramente en los últimos años.

En el 2013, las mujeres condenadas representaban el 10% del total aproximadamente. Desde entonces esta cifra ha ido en aumento, y en los últimos años podemos decir que las mujeres condenadas representan entre el 18% y el 20% del total.

En cuanto a las tipologías delictivas que predominan en la delincuencia femenina, hasta el año 2016 eran los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico y los delitos contra la seguridad colectiva

En España, se puede concluir de manera general que las mujeres delincuentes proceden de clases bajas y marginales, con escasos recursos económicos y poca formación profesional, lo cual puede explicar que cometan este tipo de delitos cuando se encuentran sin cobertura económica.

A partir de 2017 podemos ver como las estadísticas cambian. Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico siguen siendo los más dominantes e incluso, aumentan su proporción, pero le siguen los delitos de lesiones, siendo estos últimos de una tipología violenta, lo cual indica un cambio con respecto a lo que venía sucediendo hasta ahora.

Evolución de porcentajes de condenas por los delitos más cometidos por mujeres 2016-2019

Año 2016
Patrimonio y orden socioeconómico 44.6%
Seguridad colectiva 12.5%
Lesiones 10.6%
Año 2017
Patrimonio y orden socioeconómico 52.5%
Seguridad colectiva 12.9%
Lesiones 14.5%
Año 2018
Patrimonio y orden socioeconómico 57.1%
Seguridad colectiva 13.7%
Lesiones 15.5%
Año 2019
Patrimonio y orden socioeconómico 65.3%
Seguridad colectiva 16.7%
Lesiones 18.7%

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del INE, 2016-2019

Algunas teorías tradicionales

En este escenario podemos encontrar varios tipos de teorías criminológicas que expliquen la delincuencia, como son las de corte biológico, psicológico o sociológico (entre ellas está el modelo del Triple Riesgo Delictivo que podéis encontrar en este artículo), pero en este caso nos vamos a centrar en algunas de las teorías tradicionales sociológicas más importantes.

Según esta, los comportamientos delictivos se aprenden de los grupos íntimos. Esto se lleva a cabo mediante un proceso de comunicación, en el cual se adquieren tanto las técnicas de comisión del delito, como la motivación, actitudes y la justificación del mismo. Así, una persona llega a ser criminal cuando las definiciones favorables a romper con la ley prevalecen sobre las desfavorables.

Se considera que la conducta desviada es aquella que las personas califican como tal. Por lo tanto, los grupos sociales crean la desviación estableciendo reglas, cuya infracción constituye una desviación, y estas reglas se aplican a personas particulares, los denominados outsiders (marginados). Este etiquetamiento hace que el propio sujeto se considere como tal, y actúe en consecuencia.

La delincuencia sucede cuando se rompen o se debilitan los vínculos que nos unen con la sociedad. Existen cuatro factores que configuran los vínculos entre la persona y la sociedad: el apego, el compromiso, la participación y las creencias. Tendríamos además dos tipos de control social, que sería el formal y el informal, y ambos van a intervenir en la evitación de la delincuencia.

El término de anomia fue introducido por Durkheim (1893), y hace referencia a la falta de normas sociales de una sociedad. Así, esta falta de normas sociales, generaría un desequilibrio cultural entre los fines a conseguir y los medios para lograrlo. Estos fines son universales, es decir, iguales para todos, pero existe una desigualdad de oportunidades, por lo que no todos pueden conseguirlos, lo que desemboca en que recurren a vías ilícitas para lograrlos.

Aplicación en la delincuencia femenina

Estas teorías tradicionales se centran en explicar la delincuencia desde la figura del hombre, pero la adaptaremos a la delincuencia femenina.

Según la teoría de la asociación diferencial, algunos factores como son la clase social, edad, sexo, estatus familiar o la pertenencia a un grupo étnico, pueden influir en la conducta delictiva. Algo fundamental en este aspecto es la socialización de las mujeres, ya que desde pequeñas se ejerce sobre estas un mayor control social y un menor apego por desobedecer las normas, por lo tanto está sometida en mayor medida a definiciones desfavorables sobre la violación de la ley, lo cual hace que su comportamiento criminal sea menor.

La definición o etiqueta de una persona como desviada depende de la reacción social. En el caso de la delincuencia femenina, esta no se suele criminalizar tanto a nivel de opinión pública como la de los varones, lo que hace que la estigmatización de hombres sea mayor que la de mujeres.

En cuanto al control social, la escasez de la delincuencia femenina podría explicarse por una distinta proyección de los controles sociales en la mujer. Estas se ven sometidas a un control social informal más exigente desde pequeñas con la educación familiar. Debido al método de socialización propio de su sexo aprenden a ser mas controladas, pasivas y domésticas, lo que repercute en que tengan una menor actividad criminal. Las mujeres que lleguen a delinquir lo harían por pertenecer a una clase social baja y no haber sido educada de la manera en que la sociedad considera correcta, o por no haber interiorizado y asumido el rol femenino impuesto.

En el caso de la teoría de la anomia, podemos decir que la menor delincuencia femenina puede deberse a que este género no ha tenido las mismas ansias de triunfo en la esfera pública que los hombres. El lugar de la mujer se ha encontrado tradicionalmente relegado al ámbito doméstico y familiar, por lo que no han tenido esa necesidad de alcanzar el éxito material y por ello no han necesitado recurrir a esos medios ilícitos para alcanzar sus fines.

Importancia del rol y la socialización

Podemos concluir que es innegable el papel que tiene tanto el rol de género como la socialización en la delincuencia de las mujeres. Es imprescindible entender que tradicionalmente hay dos géneros y unas expectativas sociales diferentes sobre los roles que deben tener cada uno de ellos, lo cual influye en las conductas delictivas. La socialización y la educación diferencial en el género femenino y masculino hace que exista esa desigualdad tan significativa.

Por ello, teniendo en consideración lo mencionado, para poder realizar una explicación más acertada de la delincuencia femenina debemos de tener en cuenta las teorías del rol.

En la actualidad, gracias a los movimientos sociales surgidos por el feminismo se ha llegado a conseguir una cierta igualdad entre mujeres y hombres. Según Stenglein (2013) no se ha demostrado la conexión de este tipo de pronunciamientos con el aumento de la delincuencia femenina. Por lo tanto, tampoco se ha probado que en las mujeres haya aumentado la comisión de delitos violentos.

Sin embargo, teniendo en cuenta los datos del INE de los últimos años (2016-2019), como ya hemos mencionado anteriormente, podemos ver como el porcentaje de mujeres condenadas con respecto al total ha aumentado (pasando del 10% en 2013 hasta casi el 20% en los últimos años) y que el segundo delito más cometido por mujeres es el de lesiones, un delito violento, por lo tanto, ¿estará cambiando algo?

Ángela Martín García

Psicóloga especialista en análisis de conducta criminal

Bibliografía

Arroyo, S. C. (2013). Delincuencia juvenil femenina: apuntes criminológicos para su estudio en España. Anuario de derecho penal y ciencias penales, 66 (1), 293-362.


García Medrano, L. (2019). Fenomenología de la delincuencia femenina, y teorías criminológicas.


Redondo, S., & Genovés, V. G. (2013). Principios de criminología. Tirant lo Blanch.


Stenglein, G. (2013). Revisión crítico-comparada de las principales teorías científico sociales sobre la delincuencia femenina (Vergleichend kritische Überarbeitung der wichtigsten wissenschaftlichen und sozialen Theorien über die Fraunkriminalität). Revista europea de historia de las ideas políticas y de las instituciones públicas, (5).


Villa, F. G. (2013). Introducción a las teorías criminológicas. Tecnos.