Los analistas de inteligencia, como cualquier otra persona, no somos inmunes a los “atajos” que emplea nuestro cerebro para que podamos procesar la enorme cantidad de información a la que estamos expuestos constantemente.
Los analistas de inteligencia, como cualquier otra persona, no somos inmunes a los “atajos” que emplea nuestro cerebro para que podamos procesar la enorme cantidad de información a la que estamos expuestos constantemente.